martes, 22 de enero de 2013

Día 1

75,2 kg. Apenas unos magros (pun intended) 300 gramos menos que ayer. Épicamente indispuesta. Pero tranquila. Con la comida bajo control desde ayer (yogur -vianda - fruta -vianda). Con planes de ir a pilates a la noche, igual que ayer. Menos enojada conmigo. Poniéndole toooodo el huevo.

PD: a partir de ahora voy a copiar una cosa que hace una bloggera yanqui que escribe sobre auto-imagen que me re gusta: al lado de la firma de cada post, escribe qué le gusta ese día sobre sí misma. Una especie de auto-positive-reinforcement diario. Acá va: 

Hoy me gusta cómo me enmarca la cara mi nuevo corte de pelo, que me hace sentir más femenina.



lunes, 21 de enero de 2013

Estoy viva!

Hola de nuevo. Luego de un hiatus desde agosto, que parece una eternidad, acá estoy de nuevo. Peso 75,5 kg. Hace rato que no llegaba a tanto. Desde más o menos octubre estuve de un atracón a otro non-stop. No tengo excusas, tampoco muchas explicaciones. Quiero retomar la dieta. Quiero sentirme bien. Quiero poder disfrutar de mi cuerpo. Quiero entrar en más del 2% de mi ropa. Estoy con el último pantalón que me entra, y luego vestidos. A pesar del calor insoportable, alterno entre unas 3 camisas de mangas largas para ir a trabajar desde hace por lo menos cuatro semanas. Esto no va más.

Estoy mirando el ticker de acá al lado, que empieza en 72. Me fui de la escala. Voy a tener que modificar el peso inicial, pero no me avengo todavía. Creo, igualmente, que es el gráfico incorrecto para mostrar. Necesito uno que no sea sólo una línea recta con un peso de inicio y un peso de meta. Porque esa es la lógica con la que vengo pensando: todo el valor lo pongo en llegar a una meta. Y en realidad lo que cuenta no es la meta sino el camino. Si en lugar de este ticker pusiera un eje cartesiano, con el peso en un lado y el tiempo en el otro, seguramente se vería como un electrocardiograma, con grandes picos y grandes descensos. Y lo que yo necesito es lograr algún tipo de equilibrio a lo largo del tiempo. Más arriba o más abajo, pero un equilibrio. Probablemente el equilibrio esté más arriba de lo que yo querría, aunque seguramente más abajo que mi peso actual.

Necesito un cambio de cabeza para el 2013. Si no, mi existencia transcurre a la espera de un logro que nunca llega, y me olvido de vivir el presente.

jueves, 30 de agosto de 2012

Borrón y cuenta nueva (again)

Dos semanas y pico al tacho. Estuve comiendo, meta atracones. Le metí unos buenos kilos. Pero frené. Y me enderecé este lunes. Ya estoy desintoxicada, ayer fui al grupo, y me siento mucho mejor. Elijo esta vez no darle 1500 vueltas al tema de por qué me atraqué, el tiempo que perdí, los kilos que recuperé, lo mucho que me odio. Menos drama. Cuando hago esos mea culpas terribles lo único que logro es profundizar el esfuerzo que me insume retomar la dieta, porque estando deprimida uno lo único que quiere es seguir comiendo. Listo, me perdono. No para evitar tomar responsabilidad por lo que hice, que sin dudas estuvo como el or*to, pero para poder mirar para adelante. Actualizo la tablita (65,7 kg esta mañana) y listo. A otra cosa mariposa.

domingo, 12 de agosto de 2012

Fin de semana sin sobresaltos

Creo que fue un fin de semana exitoso, dentro de todo. Tuve mucha salida, muchas comidas fuera de mi zona de control (mi casa o mi oficina) y aún así no me fui a la... a ningún lado. No hice todo de diez, pero las desviaciones fueron más bien menores (algunos totopos y sobre todo alcohol). No me pesé esta mañana porque me desperté como a las 3 de la tarde y el número no iba a ser representativo de nada, pero mañana a la mañana me peso y luego reporto. Lo fundamental es que sigo en carrera, no tiré todo por la borda como el fin de semana pasado, y mi estado de ánimo lo refleja. Me compré algunas pilchitas y estoy empezando a vestirme con más onda para salir a la noche. Más escote, más apretado, más femenino. Estoy llegando a un peso en el cual los dos meses y pico de pilates ininterrumpidos que vengo haciendo se van a empezar a notar, ya que van a aparecer los musculitos abajo de la grasa. Iupi!

sábado, 11 de agosto de 2012

Kilos de manteca off my traste

Hola, hola! La mañana me encuentra de buen humor dado que sigo en el bonito numerito de 64,9 kg, igual que ayer. Y eso es bueno porque anoche salí y comí y chupé algunas cosillas que hubieran podido tener impacto en el número. Fuimos a un restaurante mejicano, malísima opción si uno quiere hacer dieta. Pedí unos tacos de pollo, bastante light y sin aceites, ni salsas, ni nada raro. Me comí los tres tacos que venían en la porción, y aunque no fue algo excesivo, la verdad es que no debí comerme también las tortillas de trigo. Porque eso luego me llevó a probar los totopos, que había ignorado como si fueran caca de perro hasta ese momento. Y cuando probaste uno te comés toda la panera, como hice yo. Por suerte ya no quedaban muchos. El alcohol fue otro tema: tomé tres fernets con coca light. Creo que debería de una buena vez averiguar las calorías del fernet, así no me engaño respecto de cuántas calorías me aporta. Igual, sigo sosteniendo que lo peor no es lo que engorda, sino lo que desinhibe, porque perdés el límite ante otras cosas (en mi caso, los totopos, por ejemplo). Pero bueno, hoy sigo en el mismo peso, así que no me voy a auto-flagelar, porque si no caigo en otra depre y eso me lleva al atracón. Elijo tomarlo como una noche disfrutada, con un comportamiento aceptable, y ponerme las pilas para hacer las cosas bien hoy.

Para mimarme y motivarme a seguir la lucha, he decidido hacer el display gráfico de la cantidad de kilos bajados, con la unidad de medición de paquetes de manteca. Acá va:


Cleaning up my act + disgresiones sobre el valor nutricional del uso abusivo del puré de calabaza

[NOTA: este post lo escribí ayer viernes 10 de agosto, pero recién lo publiqué hoy]

Doy gracias a Dios, a Alá, a Sri Sri Ravi Shankar, o a quienquiera que sea el equivalente en la cientología: estoy de vuelta bajo control. El atraconazo del fin de semana fue muy duro, y me costó todo el lunes y parte del martes que mi cara se desedematizara y pareciera una persona normal. Por suerte la balanza al toque empezó a acompañarme y hoy clavé unos deliciosos 64,9 kg que me alegraron la mañana. Ayer a la noche comí muy poquito, igual, se debe deber a eso. Porque fui a lo de una amiga que me invitó a comer y había pocas opciones light. Comí unos cherrys, un poco de rúcula y unas rodajas de palmitos, pero poquito, porque no quería que el resto se quedara sin ensalada porque yo no pudiera / quisiera comer las demás cosas que había (palta, arroz yamaní, tarta de brócoli, tostaditas, vinito). Así que volví a casa medio muerta de hambre, pero unos mensajitos simpáticos de un sujeto en Facebook me endulzaron la velada y me fui a dormir contenta sin pensar en el hambre que tenía. Qué fáciles que somos las minas, no? 

Este finde tengo muchos eventos sociales, que espero poder sortear sin claudicar ni caer en un pozo gigante como el finde que pasó. Hay algunos factores que militan a favor mío esta vez: el primero es que los eventos son a chupar, y no a comer. De esa forma, puedo comer en casa, llenarme de caldo, coca light, etc, y caer llenita. Es mucho más fácil decir que no a una cerveza que a una pizza. Y además, es mucho más fácil pedir un fernet con coca light en lugar de una cerveza, que pedir media pechuga en lugar de un plato de ravioles (y en algunos casos la opción es chatarra o nada, porque no hay opción equivalente a la pechuga siquiera). El segundo factor es que son eventos de noche, que me dejan el día libre para organizarme para la semana, incluyendo hacer las compras. Quiero ir a lo de los verduleros peruca de la esquina de mi casa que tienen lo que se te ocurra, en particular cilantro (ingrediente fundamental en la comida peruana que no cualquier verdulería te consigue!!). Así trato de aportar algo de variedad y entusiasmo a mi dieta. 

A colación de eso: estoy en un debate interno entre dos posturas. Una es la que dice que la palatabilidad debe erradicarse en las dietas de descenso. La comida es combustible. Si tenés que vivir a salchicha light y puré de calabaza, hacelo. Cuanto menos te guste, mejor. Así visualizás la comida como combustible y no como un placer. Dejando de lado las consideraciones respecto del valor nutricional de comer siempre lo mismo (o justamente la carencia de valor nutricional), la postura suena lógica, no? En cuanto uno trata de hacer comida light "rica", variando, estimulando al paladar, está cayendo en la misma conducta de la satisfacción a través de la comida, solo que con menos calorías. No hay un cambio de cabeza, digamos. Por otro lado, está la postura de que comer siempre lo mismo es "seguro" (en el sentido que te da seguridad, que es la opción fácil, o "safe"). No tenés que pensar, sabés que con la salchicha light y el puré de calabaza te llenás, que tiene las calorías correctas, y que por lo tanto tu cuerpo bajará de peso. Y en cuanto te sacan de eso, fuiste, se te va el esquema al carajo. Ya sea porque con otras comidas no tenés hecho el reflejo de qué tan grande o chica debe ser la porción, o porque la palatabilidad es mayor y entonces te entusiasmás más de la cuenta y quedás pegado, o porque no te da la misma saciedad con la misma cantidad de calorías y terminás agregando otras cosas. Por el motivo que sea. Un verdadero cambio alimentario implicaría poder comer cualquier cosa, en la medida justa (siempre obviamente en el marco de una dieta de descenso, estoy hablando), no? Entonces: salgo a comprar coliflor para hacer puré o corazones de alcaucil para probar con un dip de morrones procesados? O me compro un buen zapallo koerano, lo hiervo y me dejo de joder?  

lunes, 6 de agosto de 2012

Me fui a la remil... desenfreno total

Y sí. Me pasó por andar caminando por el precipicio, dando saltitos, coqueteando con la idea de caerme. Me fui al caraj*o.  El viernes hice todo mal, empezando por la panera, siguiendo por las entradas, terminando por un estrepitoso atracón de pan a la noche, papas fritas, ketchup, y cerveza por hectolitros. Al día siguiente, en vez de emprolijar, la profundicé: helado de comida. Y a la noche salí con una amiga, a la que llamé con una iniciativa de programa yo solita, sabiendo que era para ir a comerme todo, y así lo hice. El domingo, ya sacada, pedí empanadas al mediodía, comí medio kilo de helado a la tarde, y una pizza a la noche. Yo solita, todo eso. DESBORDE COMO NUNCA. Hoy parezco Mikey Rourke. Tengo la cara inflada con retención de líquidos que doy miedo. Debo haber aumentado dos kilos en tres días, por abajo de las patas.  Hoy emprolijé, pero hasta último momento antes de cenar estuve negociando con hacer una última cagadita más, lo cual demuestra que no estoy muy metida en personaje de retomar 100%.

Una vez más, la pregunta que se cae de maduro es ¿por qué? El otro día especulaba con varios factores, que hoy no estuvieron presentes. No parece haber habido un motivo desencadenante demasiado claro como la otra vez. Y además, esta vez no hubo freno, le di hasta que no hubo vuelta atrás. No sé. Estoy decepcionada de mi misma, pero con menos cargo de conciencia que la otra vez. Lo cual me da miedo. Todavía no pagué este mes en la clínica. No quiero aprovechar la volteada de no querer dar la cara este miércoles e irme a la mier*da. Estoy en esos puntos de inflexión en los cuales o redoblo esfuerzos y sigo, o tiro la toalla y apareceré de nuevo en este blog en unos 5 meses con 15 kilos de más.